Se utiliza para la infección del sistema urinario y reproductivo, el tracto respiratorio, el tracto gastrointestinal, la fiebre tifoidea, las infecciones de los huesos y las articulaciones, la infección de la piel y los tejidos blandos, la sepsis y otras infecciones sistémicas causadas por bacterias sensibles.
La lisina es uno de los aminoácidos esenciales de los seres humanos y los mamíferos, que el cuerpo no puede sintetizar y debe complementarse con los alimentos.